(socia, te lo debo)

"¿A qué esperas, nena?¿Sabes que no tardarás en encontrarte entre las piernas un fibrona del tamaño de un jamón?¡Maldita sea!¿Cuánto tiempo hace que no huele a cesped en tu cama? La última vez que tu marido te marcó el cuello con un beso sabes que fue porque te confundió con otra.
¿A qué esperas, nena?¿Sabías que hay tipos en cuya conversación la frase más aburrida es un abrazo con cuya fuerza, amiga mía, podrías partir leña para todo el año? Convéncete, nena: hay pecados más emocionantes que rezar sin haberse cepillado los dientes. Tienes que darle un vuelco a tu vida si no quieres acabar como Doris Day, de la que siempre sospechaste que únicamente podría practicarle una felación a Rock Hudson con la pajita del vermú.Si quieres, nena, aún estás a tiempo de que tu cuerpo acabe de madrugada con la sensación de haber estado al lado de alguien capaza de convertir en una palangana la pila del bautismo, un tipo honesto pero vibrante, alguien vivo, nena, uno de esos hombres cuyos pies al bailar suenan encantadores, extraños y arriesgados, como bazas al póquer,gente sin sitio fijo que seca la ropa en el capó del coche, tipos cuyos labios son una alambrada, esa clase de hombre , nena, del que sólo sabes que te pareció ver en su sonrisa el aliciente de un charco de resina en la que apetecería desalar el pubis.
¿A qué esperas, nena, si por las noches en cama con tu marido la mitad de la humedad es maldita penicilina y llevas un buen puñado de años con la sensación de que él sólo intenta penetrarte con algo blando como una flema?¿A qué esperas, ¡mierda!, si ahora que habéis llenado la casa de muebles te das cuenta de que te sientes vacía al lado de un tipo cuyo sueño más literario es matricular el coche con números romanos?

¡Basta,nena! Deja de sacarle brillo al agua de tus ingles.Cambia de vida antes de que te salgan por las piernas del pantalón los ovarios secos y estériles como petancas.Te has ´sllenado de muebles, amiga mía, y ahora comprendes que todos estos años lo vuestro no fue otra cosa que convertir el piso en un tanatorio con bufé. ¿No comprendes que a no tardar mucho tu útero no tendrá más valor emocional, ni biológico, menos aún literario, que las bolsas de la aspiradora?

¿A qué esperas,¡por el amor de Dios!, si es algo más que una intuición eso de que hay tipos cuyos brazos son una agradable manada de brezo?¿A qué esperas, nena?¿ A sentir la alegoría de la vida, de la carne, del sexo, en la maldita pala del pescado?"




( me lo contó el Alvite , mientras Larry tocaba el piano y Ernie nos miraba desde la barra; tú verás nena, it´s up to you! )